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Asociación de Vecinos Manuel de Falla - La Laguna / Avda. Juan Carlos I s/n (esq. C/ Velázquez) - 11010 Cádiz - Tflno.: 956 200 146

 
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Cosas del barrio - Boletin informativo nº 2 Especial 25 Aniversario

Índice del artículo


D. Arturo Prada de la Fuente fue el fundador de la Asociación de Vecinos Manuel de Falla, La Laguna

Al cumplirse los 25 años de vida de la Asociación, me ha parecido interesante conocer algunos aspectos relacionados con el nacimiento de la misma pues, aunque he formado parte de todas las Juntas Directivas u Órganos de Gobierno, que la han gestionado durante este tiempo, la verdad es que nunca se ha hecho examen retrospectivo de las circunstancias y razones que originaron su constitución.

Precisamente por mi pertinaz pertenencia a la Entidad, se me ha considerado la persona idónea para investigar esos antecedentes y lógicamente decidí, quien mejor podía en un principio informar sobre el fin propuesto, sería la persona que durante cerca de 20 años, presidió la misma.

Me refiero a su Presidente Fundador Arturo Prada de la Fuente, al cual he planteado preguntas, algunas de las cuales fueron verbalmente abordadas en la conferencia que sobre la historia de nuestro Barrio nos ofreció en el Salón de Actos del Colegio Público “Manuel de Falla”. Empezamos:

¿Después de casi cinco años que dejó nuestro Barrio, qué puede señalar como más significativo en su cambio o evolución?
En primer lugar permíteme agradecer a la Junta Directiva en su conjunto y en especial a su actual Presidente Rafael Barberi Ruiz, la deferencia de acordarse de mi persona en esta efeméride que este año celebramos que además lo haya encausado a través de mi excelente amiga y mejor persona que es Maruja Manzano, la cual me acompañó y apoyó en todo momento y que conoce por ello esta Entidad tanto como yo mismo. Es decir esta entrevista, si así podemos calificarla, debería ser de ida y vuelta.

Contestando a tu pregunta, sin la menor duda lo más trascendente que le ha ocurrido a este Barrio en su corta historia, es sacarlo del encorsetamiento que suponía, por una parte la Avenida que coincide en el Ámbito Territorial de la Asociación se denomina Cayetano del Toro, constituía la más importante vía de penetración y salida del casco histórico y por otra parte la felizmente desaparecida en superficie, vía de ferrocarril.

Ello ha supuesto, además de la desaparición de esa barrera que partía la ciudad en dos zonas, que en algunos casos coincidía con la estrategia ya demostrada, de producir asentamiento de distintos niveles sociales, un respiro para un barrio que por su densidad demográfica, como consecuencia del número de inmuebles allí existentes y los volúmenes de edificación allí permitido, lo estaba necesitando de manera angustiosa. Es decir, el soterramiento si para toda la Ciudad ha supuesto un cambio de trascendental importancia, para el Barrio de La Laguna ha sido el compensar un poco los nefastos errores de su diseño urbanístico.

Si me permites señalar un segundo evento de gran trascendencia para nuestro Barrio, lo tengo que situar en la elaboración y aprobación del Plan General de Ordenación Urbana del año 1.984, impulsado por el segundo período de los Ayuntamientos democráticos, presidido por el Alcalde Díaz Medina, que permitió salvar de la especulación los pocos espacios existentes y buscar zonas de respiro en ese conglomerado de hormigón y ladrillo, en que se había transformado en muy pocos años una zona calificada como residencia. Más tarde deberemos volver sobre este tema.

De la charla que ofreciste sobre la constitución del Barrio de LA LAGUNA, ¿Podrías resumirnos algunos aspectos que sirvieran para conocer algo de su corto y por muchos ignorado historial?.
Por pura curiosidad y mucho antes de la constitución de la Asociación, me entretuve en indagar sobre la formación de esta zona, y le denominaba así, porque en la fecha a que me estoy refiriendo, año 1974, todavía no reunía las mínimas condiciones, para ser calificado como Barrio.

Para ello me serví de distintas fuentes de información, empezando por un callejero gaditano de D. Serafin Pro Ruíz, editado en el año 1.933, regalo de un buen amigo. Intentaba buscar alguna calle, callejón o plazuela que se hubiera incluido en el mismo, lo cual indicaría un atisbo de ser una zona con alguna seña de identidad. No encontré nada.

Tuve pues que remitirme a datos más próximos, que ya forman parte de la vida de los que hoy tenemos avanzada edad. Me refiero a la década de los cuarenta y ahí tenemos algunos referentes vivenciales, que pueden servir para fijar, los antecedentes de este Barrio.

Si empezamos por el poniente, encontramos el Restaurante Vistahermosa, cuya fotografía se ha publicado recientemente en esa interesante página que "Diario de Cádiz", dedica a evocar y reflejar el pasado de nuestra Ciudad. Estaba situado donde hoy se levanta el denominado popularmente "edificio de los médicos", es decir Cayetano del Toro nº 1.

Contaba el indicado restaurante con una zona ajardinada y otra de columpios, donde los chavales pasábamos nuestro tiempo, mientras nuestras familias tomaban sus aperitivos, ni tan abundantes, ni tan variados como los actuales, ya que la penuria económica de aquellas fechas no permitían hacer demasiados desequilibrio en los escasos presupuestos.

Estábamos situados en el comienzo de la Avda. Marconi, que era la antigua carretera de Puntales, la cual partiendo de la Plaza de la Victoria, nos conducía al Caserio de Puntales. Frente al restaurante había una amplia extensión de terreno, que con anterioridad fue en parte huerta y que contaba con algunos edificios de planta baja, y solo uno con una primera planta, conocido como "El Barco", así denominado porque presentaba una esquina de fachada, simulando la proa de un velero.

En este terreno a que hago referencia, se levantó la denominada Residencia Zamacola, y actualmente se ubica el Hospital Puerta del Mar.

Si seguimos por la acera opuesta, es decir en el límite de La Laguna, había una serie de chalets, -uno de los cuales aún persiste-, y que llegaban hasta la curva de lo que hoy es la Plaza de Santo Tomás. Siguiendo la misma línea y antes de llegar a la vía de ferrocarril, existía una vaquería.

Por la parte suroeste se llegaba al primitivo Restaurante "El Cantábrico", situado en la hondonada que siempre ha determinado la diferencia de cotas existentes entre el "arrecife o carretera general Cádiz - Madrid" y la zona de La Laguna, cuyo nombre se explica fácilmente por el embolsamiento de agua que esta referencia de cotas originaba en época de intensas lluvias, agravado por la escasa profundidad del nivel freático.

Podemos considerar que el mencionado restaurante se situaba próximo a lo que hoy es la calle Pintor Zuloaga. En la parte izquierda se ubicaban una línea de chalets y edificios de una sola planta, uno de los cuales servía de tienda de ultramarinos. De su limitación surgió la calle Alonso Cano.

El mencionado restaurante fue montado por un empleado de la Compañía de Tranvías y tenía como cotidiana actividad, ser lugar de reunión de los empleados de la misma, conductores y cobradores de los tranvías que tenían como final de trayecto el antiguo Hotel Playa Victoria, lo que actualmente se denomina Plaza Ingeniero La Cierva.

A la derecha y muy próximo al terreno ocupado por el restaurante, había un carril de penetración en la zona, lo que hoy es la calle Goya, a cuya terminación se encontraba un edificio de los primeros construidos, el cual mostraba en su parte delantera una imagen religiosa.

Casi frente a la actual gasolinera, se situaba un polvorín restos del cual, fueron encontrados en la remodelación que recientemente se hizo en la Plaza Esquivel.

Siguiendo la línea del antiguamente llamado arrecife, hoy Avda. Cayetano del Toro y siguiente la línea de arquillos que limitaba el ancho de la carretera, hoy avenida, se llegaba a la Fábrica de Cervezas de la Cruz Blanca, trasladada a aquel lugar desde su antiguo emplazamiento en el Campo del Sur, próximo a la Playa de la Caleta.

Dentro de lo que hoy es La Laguna, había algunos chalets, ocupados parte de ellos por estudiantes y uno de ellos por un constructor de pequeñas embarcaciones. Los estudiantes en su mayoría cursaban la carrera de Medicina, ya que nuestra Facultad ha gozado siempre de un reconocido prestigio, al contar por aquellas fechas con un cuadro de catedráticos de elevado crédito.

Avanzando hacia la vía del ferrocarril, atravesando la zona y en el lugar que hoy se encuentra la estación de reimpulsión y lo que fuera el local social de la Asociación, -anteriormente cuarto de bombas-, se econtraban los dos depósitos de agua, desde los cuales se suministraba a la Ciudad. Uno de ellos y una vez construidos los existentes en los terrenos de la zona industrial del Polígono Zona Franca, se eliminó, para en su lugar situar la indicada estación de reimpulsión y el otro ha sido durante estos últimos años el Centro Cívico de nuestro Barrio.

Acompañados por la consabida pandillas de amiguetes y más tarde con nuestras novias, visitábamos los chavales del Cádiz interior, aquellos parajes, se conseguían, lo que no era fácil, aquellos besos "descuideros", con el sabor agridulce de las puntas blancas de aquellos juncos que tanto abundaban en aquel medio natural y óptimo de reproducción.

Y estos son mi querida amiga, un apretado resumen de los datos y recuerdos obtenidos, sobre el pasado más remoto de lo que hoy es es este Barrio. Si me he extendido en demasía te pido disculpas.

¿Cuándo se inicia el desarrollo de este Barrio?
Al principio de la década de los sesenta, por señalar algunos de los edificios emblemáticos que entonces ser levantaron, podemos citar el denominado de los "maestros" construido en 1.964, Goya nº 11 en el 67, Esquivel nº 1 en 1.968.

Permíteme hacer mención a un artículo aparecido en el "Diario de Cádiz", escrito por su entonces Director Emilio de la Cruz Hermosilla, en el cual se advertía sobre las posibles tropelías que pudieran cometerse en la ocupación de aquellos terrenos y en la necesidad de elaborar un plan parcial de ordenación de los mismos, evitando pasar de zona calificada como residencial a zona sobreexplotada. Como se puede comprobar, se han cumplido sobradamente sus temores.

¿Cuándo se te ocurrió la idea de constituir la Asociación?
Vinimos a vivir a La Laguna en Octubre de 1.969. Procedíamos, al igual que el noventa por ciento de los habitantes de este Barrio, del Cádiz histórico, en nuestro caso de la calle Columela y cito este dato por el cambio que representó en nuestras costumbres, venir a un lugar donde no existían la diversidad y proximidad de los servicios de los que disfrutábamos en nuestro anterior domicilio.

Pero lo dábamos por bien empleado, y ya esto como esperanza lo hago extensivo al conjunto de estos nuevos "beduinos", (nombre popular que se le daba a los habitantes de "Puertatierra"), porque disfrutábamos de la luz, el sol y los espacios abiertos, que en el nuevo concepto de urbanismo y las normas que lo regulaban, parecían prometer.

Esto fue una efímera ilusión, ya que con una enorme celeridad, tal vez temiendo que las condiciones políticas cambiaran y se frenaran ciertos excesos especulativos, se ocupó la mayor parte del terreno disponible, exceptuando una zona central, donde se situaba el conocido popularmente como "Chalet de Doña Clara" y que con frondosa vegetación ocupaba el espacio que hoy se denomina Plaza Reina Sosfía.

Este señuelo se utilizó como reclamo para la venta muy rentable de las promociones que alrededor de la misma se fueron construyendo. Más tarde se demostraría el engaño de las promesas. Lo que si ocurrió es que se fue creando una justificada alarma y los indignados comentarios de vecinos que veían a sus hijos jugar entre los coches aparcados en las estrechas calles que las construcciones iban dejando, ya que no existía ningún lugar apropiado para el desfogue de las energías infantiles.

Recordando el refrán chino, de que hay que encender velas, en vez de quejarse de la oscuridad, se trató de ser un aglutinante de esas quejas y de ese malestar y pasar a la defensiva, exigiendo el respeto a unos mínimos derechos, que por ley nos correspondían.

¿Cuándo y como nace la Asociación?
En el año 1.979 y por supuesto coincidiendo con la constitución del primer Ayuntamiento democrático, que nos iba a permitir que ejerciendo el derecho a la participación ciudadana, hacer llegar a las instancias responsables nuestra indignación y malestar por lo que había sucedido y se pretendía, siguiera sucediendo en el tema urbanístico y además dejar constancia de las carencias de las más elementales dotaciones, equipamientos y servicios en este Barrio.

Se toma pues la iniciativa de convocar Asamblea Vecinal, a la cual asisten 38 Presidentes de Comunidades. He de confesar que fui el primer sorprendido de esta masiva asistencia, pues aunque habíamos calculado cierto margen de reacción positiva, había otros factores en contra; por una parte como hemos dicho anteriormente no existía la menor conciencia de Barrio, por otra el hecho de haber comprado una vivienda, determinaba un cierto poder adquisitivo y en consecuencia un nivel social que comprendía desde el medio bajo al medio alto, constituido según nuestros precarios sondeos, -más tarde confirmados por el estudio sociológico realizado para la elaboración del PGOU-, constituidos decía por un elevado número de funcionarios, profesiones liberales y aquellos que habían adquirido viviendas para el alquiler.

En cualquier caso de cierto cariz "conservador" que en un porcentaje elevado miraba con cierto escepticismo e incluso temor el cambio político que recientemente se había producido. El calificativo utilizado no puede ser interpretado con carácter político. Se debe entender en el sentido de la persona que con la hipoteca de gran parte de sus ingresos y durante un dilatado período de tiempo, temía los posibles movimientos desastibilizadores, que pudieran afectar al bienestar de su familia y al suyo propio.

Como luego se pudo comprobar, la esperpéntica charlotada del mes de Febrero de 1.981, justificó esa reserva que nosotros con anterioridad percibíamos.

En cualquier caso esa muy digna asistencia, que podía representar un 40% de los representantes de las Comunidades de Propietarios existentes y el análisis y evaluación de las condiciones que para el desenvolvimiento de la vida ciudadana se ofrecía en nuestro Barrio, fueron decisivos y demostraron con total claridad el grado de malestar existente.

Una zona que estaba calificada como residencia, se había transformado en el paradigma más demoledor de lo que no puede ser el urbanismo. Así en menos de 5 hectáreas existían y existen 4.000 viviendas que se reparten en 104 inmuebles, algunos de ellos con 13 niveles de altura, alcanzándose en determinadas zonas un número de viviendas por hectáreas, que supone casi el 400/100 de lo que determina la ley del suelo. Y todo ello y como tu sabes y repetimos, sin que existieran las mínimas dotaciones, equipamientos y servicios que esa ley establece, para dar un mínimo de calidad de vida a los 16.000 habitantes que ya en aquellas fechas vivían en el Barrio.

Con ese panorama es fácil entender, la unanimidad sin reservas en crear una Entidad Vecinal que con el nombre del insigne músico gaditano, tratase de frenar el desmadre urbanístico, salvase el poco espacio libre existente y planteara las múltiples reivindicaciones que el Barrio exigía. En paridad de condiciones con las existentes y muy eficientes Asociaciones vecinales de nuestro entorno, como eran Puntales, Loreto y Cerro del Moro, entre otras.

¿Cuáles señalaría como más efectivas actuaciones, a partir de ese momento de la constitución?
A partir de ese momento hubo que cubrir todas las exigencias legales, que determinaba la vigente Ley de Asociaciones de Diciembre de 1.964.

A continuación elaborar una relación priorizada de las reivindicaciones que deberíamos presentar al Ayuntamiento, Junta de Andalucía... etc . y que en principio fueron:

Alumbrado Público: En este apartado la situación era caótica. De lo poco existente, en algunos sitios la iluminaria era propiedad de la comunidad de donde estaba instalada y el consumo era a cargo del Servicio Municipalizado de Agua y Electricidad de Cádiz. En otros la iluminaria pertenecía al SMAE, el consumo lo abonaban los vecinos y en otros casos ambas cosas eran a cargo del vecino. En muy pocos casos se daba lo contrario. Hicimos una propuesta sobre planos, que luego fue revisada y corregida o ampliada por los técnicos competentes y algún tiempo después realizada.

Viales: El 90% estaba en pésimas condiciones. Las continuadas presiones sobre este asunto dieron su fruto, ni mucho menos con la celeridad deseada y exigible en un Barrio, con muy escasos metros de viales, en relación con el elevado número de habitantes y en consecuencia de contribuyentes.

Local Social de la Asociación: Empezamos como recordarás utilizando el garaje de uno de los miembros de la Junta Directiva, por la dificultad de encontrar en un Barrio tan poblado, con tal alto precio en los locales disponibles de propiedad privada y por la inexistencia de locales de titularidad municipal que poder reclamar. Finalmente se nos cedió la casa de bombas de los antiguos depósitos de agua y su acondicionamiento se realizó a medias entre miembros de la Junta Directiva y Vías y Obras del Ayuntamiento.

Pero no nos conformamos con esto, ya que nuestra reivindicación incluía contar con un Centro Cívico, que permitiera la existencia de talleres y actividades culturales y la celebración de actos públicos, que la escasa dimensión de nuestro local social no permitía y que considerábamos necesario para ir creando conciencia de Barrio, al par que dar a conocer la existencia y el trabajo que como Asociación vecinal estábamos realizando.

Cuando conocimos que el antiguo depósito de agua situado junto a la Estación de Reimpulsión y utilizado por SMAE, para pasos de procesiones, barquillas de pesca, viejos transformadores... etc. así como el espacio trasero a la citada estación, ubicada entre esta y el Colegio Público "Manuel de Falla", eran propiedad de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, se mantuvieron reuniones en Sevilla con el entonces Director General de aquella Entidad D. Vicente Aycart, el cual si bien en un principio, consideró desmesurada y complicada la donación de aquellos activos al Ayuntamiento de Cádiz, para su posterior entrega a nuestra Asociación, nos demostró en todo momento, ser receptivo y compresivo con nuestra reivindicación, al conocer las condiciones de nuestro Barrio y sus evidentes carencias.

Curiosamente aquella amable persona, puso su mayor empeño y al final consiguió donar a la Asociación lo solicitado. Pero nosotros no consideramos justo, ostentar esa propiedad y propusimos al Ayuntamiento, que ese equipamiento fuese utilizado por el Colegio "Manuel de Falla", la APA del mismo y nuestra Asociación. Así se hizo y más tarde y satisfaciendo nuestras reiteradas demandas, se transformó en el Centro Socio-Cultural "El Bidón".

Urbanismo: La redacción del PGOU en el año 1.963 nos permitió como Asociación, presentar alegaciones para tratar de salvar de la mejor manera posible lo poco que quedaba por salvar. Quedaban solo tres zonas sobre las que poder actuar, independiente de la reducción de altura que en el futuro se aplicó y las medidas adoptadas para la unidad de actuación comprendida entre las calles Santa Teresa, Murillo, Alonso Cano y Pintor Zuloaga.

De las tres zonas a las que he hecho referencia, la más conflictiva ha sido la actual Plaza Reina Sofía. Sería interminable enumerar las múltiples gestiones, escritos, panfletos, pintadas... etc. realizados, para tratar de conseguir que en ningún caso se pudieran construir en aquel lugar las 167 viviendas, que los propietarios del terreno pretendían, terminando con esa actuación de macizar el Barrio.

Posteriormente y con el aprovechamiento del subsuelo para aparcamiento, se han solucionado dos problemas: quitar vehículos de unas calles saturadas y disponer en el centro del Barrio, de una plaza para el disfrute de los vecinos. Con ello se corrige, es verdad que de una manera muy limitada la carencia de zonas verdes y se reduce el déficit de esos 3 metros cuadrados por habitantes exigibles en urbanismo.

De las otras dos zonas, la correspondiente a Pintor Meléndez, debemos a la firme actitud del entonces Concejal de Urbanismo, Sr. Jiménez Mata, disponer de otra plaza y una pequeña parcela situada en la parte frontal de la calle Alonso Cano, calificada en el Plan como zona verde privada, en la cual existe un aparcamiento subterráneo y en superficie un jardín.

Dado que en el momento de constituirse la Asociación y cuando tuvimos que delimitar en el ámbito de acción territorial incluimos en el mismo, la parcela de la denominada "Telegrafía Sin Hilos" nos permitió colaborar en el plan de actuación sobre la misma, apoyando la necesidad de situar en parte de ella, una zona escolar que diera servicios no solo a nuestro Barrio, también a Paseo Marítimo, Delfines y hasta Cortadura.

Aquellas peticiones se han materializado en el Colegio "Villa de Brest", "Enrique Tierno Galvan" y el IES, "Bahía de Cádiz".

Colegio Publico "Manuel de Falla": Debemos recordar que al no existir otro en una amplia zona y antes de la ocupación masiva de La Laguna, era utilizado por los chavales del Barrio de Loreto, cuyos padres lo consideraban por ese motivo, casi parte integrante de su propio Barrio. Ello motivó que cuando La Laguna aumentó su número de habitantes y además con parejas jóvenes, con fábricas nuevas, un Colegio con una capacidad teórica de 600 o 700 alumnos llegara a tener 1.200. En el punto más álgido de la curva ocupacional, cedimos el local de la Asociación, para que se impartieran algunas clases.

Por eso cuando la Asociación de Loreto con la cual siempre hemos tenido excelentes relaciones, trabajó por liberar unos terrenos, que pertenecientes a la Compañía Sevillana de Electricidad, eran infrautilizados y en algunos casos de manera no legal, apoyamos cuantas gestiones realizó en ese sentido la mencionada Asociación. Al final se consiguieron los terrenos para la construcción del actual Colegio "Fermín Salvochea", lo cual creó mejores condiciones para los alumnos y profesores del Colegio de nuestro Barrio.

Asistencia Sanitaria: Como recordarán los vecinos de este populoso Barrio, teníamos que desplazarnos al Ambulatorio del Perú, situado a la mediación de la Barriada de la Paz. Esto suponía un gran desplazamiento con la consiguiente pérdida de tiempo, ya que no existía una buena combinación de transporte de servicio público. Montamos una campaña de recogida de firmas y el número de ellas, casi 5.000, hacía patente lo razonable de la petición.

Cuando lo presentamos al SAS, se comprometieron a montar un Ambulatorio próximo, si nosotros indicábamos a proponíamos un local lo suficientemente amplio para su instalación. Constituía un encargo envenenado, ya que no teníamos conocimiento, ni creíamos que existiera, nada que se pareciera a lo necesitado y que a su vez no representara una inabordable inversión.

Dijo el filosofo: Quién tiene un porqué, encuentra un como. Con la eficaz ayuda del entonces Concejal y hoy Gerente del modélico Plan de Rehabilitación de Viviendas del Caso Histórico de la Junta de Andalucía, D. Pablo Lorenzo, se consiguió el local solicitado. Se trasladó la consulta de medicina deportiva que existía en la antigua Piscina Municipal, se suministró nueva vivienda al antiguo conserje de aquellas viejas instalaciones y de ahí nació el Ambulatorio de La Laguna.

Lógicamente esta no era la solución óptima y sí una de transición. Como sabíamos que en el mapa sanitario de la Ciudad de Cádiz, se incluía la construcción de Centro de Salud, que diera servicios a los aproximadamente 25.000 afiliados a la Seguridad Social residentes entre la calle Trille y la Cortadura, seguimos cumpliendo con nuestra obligación de presionar en nombre de una parte importante de esos vecinos para conseguir en el más breve plazo posible la dotación definitiva que planteábamos.

De las dos ubicaciones posibles, hubo que decidirse por la actual, ya que la otra que creemos reunía mejores condiciones por su amplitud y accesibilidad, el llamado y abandonado "Chalet de San Luis" se desechó, ya que estaba sujeto a un enrevesado asunto de transmisión patrimonial. Se hizo bien la elección, ya que actualmente, principios del 2.004, creemos no resuelto el contencioso.

Movida: Es el asunto que quemó más energías de todos los distintos componentes de las sucesivas Juntas Directivas de la Asociación. El que más protestas vecinales creó, hasta el extremo que un Barrio tranquilo y de gente razonable, se montaron movilizaciones tanto en los tiempos del Alcalde Díaz, como en los de la Alcaldesa Martínez.

Desde el principio éramos conscientes de la complejidad de su solución, pero también teníamos la obligación, de tratar de aminorar y reducir en lo posible los efectos negativos de estas concentraciones juveniles.

La complejidad se presenta por las siguientes consideraciones:

No es un fenómeno achacable a ninguna provincia o región, se produce a todo lo largo y ancho de nuestra nación.
Las posibles soluciones que se han ensayado, desde el acuerdo con los representantes de los jóvenes, en las llamadas mesas de la movida que los distintos ayuntamientos han propiciado, hasta las mesas redondas organizadas con la presencia de todas las partes afectadas, no han dado el menor resultado.
En parte, porque la representación de los responsables municipales y de los vecinos por las Asociaciones vecinales estaba perfectamente definida, pero en cambio la correspondiente a los jóvenes fue siempre de dudosa representatividad.

El convencimiento de que el 80% de los jóvenes que concurren a esas concentraciones, salvo el murmullo de sus conversaciones, no ocasionan otras molestias. Pero a su vez conforman el caldo de cultivo para que el 20% restante cometa toda clase de gamberradas.
Por otra parte, los asistentes a esas reuniones colectivas, no son extraterrestres. Son nuestros propios hijos, nuestros sobrinos, o los hijos de nuestros vecinos.

A parte de lo señalado, hay otra serie de consideraciones, por las cuales se nos ha tachado de demagógicos, ya que nuestro interés solo y únicamente se cifraba en evitar molestias al vecino. Lógicamente esto es elemental, pero a su vez siempre hemos dicho que:
Los cientos de botellas de licor de alta graduación, consumidas en estas concentraciones, ¿No constituyen un motivo de alarma, sabiendo que un porcentaje de los consumidores son adolescentes, muchos de los cuales no superan los 15 ó 16 años?.

¿Está un organismo a esa edad lo suficientemente formado para recibir sin daño, una dosis elevada de alcohol?.

¿Estamos peligrosamente relacionando el ocio con el alcohol, en beneficio dirigido de aquellos que se dedican a todos los niveles de la producción y venta de bebidas alcohólicas?.

¿Aceptamos sin reserva los costos que al servicio sanitario producen las enfermedades, algunas de ellas mortales, producidas por la ingesta compulsiva de alcohol, mientras nos escandalizamos y con razón por los que producen el tabaco o las drogas?.

¿Existe el convencimiento de que se sale para beber o se bebe para salir y relacionarse?.

Podríamos hacernos multitud de preguntas, que posiblemente no queremos honradamente contestarnos. Nosotros desde el principio y aún a costa de ser tachados de crear guetos, siempre propusimos el acondicionamiento de amplias superficies, dotadas de los servicios higiénicos exigibles, donde se pudieran conseguir bebidas no alcohólicas, con transporte público continuado en horas nocturnas, con la actuación de grupos musicales noveles y con la vigilancia necesaria para evitar la actuación de los violentos.

Y ello porque al vecino le es material y económicamente imposible cambiar su lugar de residencia, los fines de semana en invierno y casi todos los días del verano. Por eso y como en derecho cuando existe una colisión de intereses hay que priorizar, consideramos que fisiológicamente el derecho al descanso, es infinitamente superior al derecho a divertirse que con tanta frescura se esgrime. Nadie que sepamos se muere por no divertirse y en cambio si por la falta continuada del necesario descanso.

Este ha sido mi estimada amiga Maruja y tú lo sabes por tu dilatada experiencia en la Asociación, el problema más correoso con el que tuvimos que enfrentarnos, casi desde la mitad de la década de los años 80.

Parece que el compromiso que conseguimos de la Sra. Alcaldesa de cerrar la Plaza Reina Sofía, una vez se construyera el Aparcamiento y se restituyera la Plaza, con el rediseño que propusimos, han disminuido las molestias que en cuanto a ruidos, limpieza, daños al mobiliario urbano... etc. se ha venido soportando durante tantos años.

Me olvidaba de citar los años que soportamos en los alrededores del Estadio, con el mercadillo del llamado "Piojito", por su procedencia inicial. También fue motivo de profundas y reiteradas protestas vecinales, hasta que se cambió su ubicación.

Gestiones del día a día: En este concepto podemos englobar desde la vigilancia del alumbrado público, en cumplimiento del contrato de limpieza, la colaboración con la dirección del Centro Cívico para la organización de talleres, actos culturales... etc y la organización de fiestas, como la de animales por San Antón, la de la mujer en el mes de Marzo, las competiciones de ajedrez, concursos fotográficos, exposiciones...etc. que nos permitían junto con las Asambleas Generales preceptivas, el contacto con nuestros vecinos y la comunicación boca a boca de nuestras inquietudes, proyectos e ilusiones para contribuir a la paz ciudadana, la solidaridad y el conocimiento respetuoso de todos los vecinos de este Barrio.

¿Sigue creyendo en la necesidad de las Asociaciones Vecinales?
Creo en la necesidad de cualquier tipo de Asociación, porque creo y defiendo la participación ciudadana. Creo profundamente que en el sistema de organización política del que disfrutamos, y que al decir de alguien y con todos sus defectos es el menos malo existente, es imprescindible una sociedad civil fuerte, que desde cualquier entidad ejerza un continuado Control Cívico del Poder.

Por mi condición de marino civil, tuve la ocasión y me preocupé de conocer otras sociedades, como la norteamericana, la sueca y otras donde ese derecho se ejerce de manera eficaz. Sigue siendo muy peligroso el entregar un voto cada cuatro años y olvidarse de si lo prometido se ha cumplido o si se han tomado decisiones contrarias a una determinada línea de gobernar. Creo que en estos últimos 25 años se han tenido pruebas que avalan desgraciadamente lo manifestado.

¿Algo más que añadir?
Como no podía ser de otra manera, agradecer a los más de 100 vecinos que de forma altruista, gratuita y voluntaria formaron parte de las Juntas Directivas en todos estos años de vida de la Asociación. De manera especial para María del Carmen Sánchez que presidió también esta Entidad y muy especialmente para Ramón Torres que además de Presidente, ocupó el puesto de Vicepresidente durante un dilatado período y sin cuya ayuda, estímulo y eficaz colaboración, no hubiera podido cubrir presidiéndola, un tan amplio período de la existencia de esta Entidad.

Lo poco o mucho que se haya conseguido en la gestión, se debe al esfuerzo colectivo de todos.

Maruja Manzano Rodríguez