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Asociación de Vecinos Manuel de Falla - La Laguna / Avda. Juan Carlos I s/n (esq. C/ Velázquez) - 11010 Cádiz - Tflno.: 956 200 146

 
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Historia de la Asociación

Índice del artículo


¿Por qué nació la AVV Manuel de Falla?

Cuando en el año 1.979, un grupo de Presidentes de Comunidades de nuestro Barrio decidimos constituir una Asociación Ciudadana, además de otras reivindicaciones, nos movió a ello la voluntad de tratar de poner coto al desmadre urbanístico, que en La Laguna se había producido, sin otro código que una inhumana especulación y la convivencia de los que, como quedaba ampliamente demostrado, solo en teoría o sobre el papel protegían los derechos vecinales.

Sin duda, que el advenimiento de los Ayuntamientos democráticos y en consecuencia, una representación real y sin subterfugios en los Gobiernos Municipales, iba a permitir a los ciudadanos una más eficaz defensa de sus derechos como tales.

Sin embargo y a pesar de nuestro moderado optimismo, también éramos conscientes que habría de transcurrir mucho tiempo para que la cobertura legal que había respaldado tanto desmadre pudiera ser desmantelada. Desgraciadamente no nos equivocábamos en nuestras apreciaciones y la reciente decisión del Supremo Organismo de Justicia, en relación con la plaza en construcción junto a la iglesia parroquial, ha confirmado nuestros temores.

¿Significa ello que nuestras peticiones de justicia y racionalidad para el escaso suelo ya existente, eran planteamientos de locos, ilusos o sencillamente gentes dispuestas a quebrar los sagrados intereses de los propietarios de aquellos terrenos, verdaderos mecenas de nuestro Barrio, del cual habían obtenido solo algunos cientos, por no decir miles de millones utilizando en su propio y único provecho la permisividad de aquellas disposiciones "legales"?.

Al igual que entonces decimos y mantenemos, porque nos sobran razones y porque ellas están al alcance de cualquiera que quiera darse un paseo por nuestras calles, que no hemos estado nunca equivocados y que sí son inhumanas y propiciadoras de la más brutal especulación, las normas legales que han hecho posible una sentencia como la que comentamos. Esperemos y en ello confiamos, que en el futuro no puedan repetirse actuaciones depredadoras como las realizadas en nuestro Barrio y que una nueva e inequívoca Ley del Suelo ponga fin a tanto desmán.
Afortunadamente, lo justo de nuestras reivindicaciones, fue desde un principio asumido por el Equipo de Gobierno Municipal y al elaborarse el Plan General de Ordenación Urbana, muchas de ellas fueron recogidas.

Así se impidió la construcción de un nuevo edificio en el lugar donde hoy ocupa lo que hoy denominamos "placita", con el cual se pretendía culminar el complejo Velázquez, verdadero ejemplo de hacinamiento en cuanto a número de viviendas por metro cuadrado; se racionalizó la construcción del edificio Gades III y IV, obteniéndose para el uso público la Plaza Pintor Meléndez, se redujo a valores aceptables los niveles de edificabilidad en los inmuebles construidos después de la vigencia del P.G.O.U. y se calificó como zona verde el lugar que ocupa la nueva plaza. Posteriormente, y por acuerdo de permuta, entre antiguos propietarios y Ayuntamiento se destinó a equipamientos (futuro Centro de Salud) la parcela colindante con la mencionada nueva plaza y situada entre calles Velázquez y Murillo.

Recientemente, y como hemos podido leer en la prensa local y personalmente en reuniones mantenidas con representantes cualificados de Partidos de la Oposición en la Corporación Municipal, se ha dado inequívoco testimonio de solidaridad con nuestras reivindicaciones, lo cual valoramos y agradecemos en toda su dimensión. Lógicamente se disiente, y ello es normal tratándose de la Oposición, en el camino elegido para ocupar aquellos terrenos y dar respuesta a tan justa y popular demanda. También es verdad, que cada momento tiene sus propias exigencias y condicionantes y que por ello resulta difícil juzgar una decisión a "toro Pasado".

Se alega el encarecimiento que la desafectación o expropiación ha sufrido después del dictamen jurídico. Lógicamente como contribuyentes, y en este caso de los de más alto nivel, porque la zona así lo determina, deseamos y exigimos que el dinero de nuestros impuestos se administre e invierta de la mejor manera posible y obteniendo de ellos la máxima rentabilidad. Pero este concepto no solo tiene un significado crematístico, también es aplicable y en su más noble acepción, a lo humano y social. Por ello nosotros creemos que es rentable dotar a un populoso y congestionado Barrio urbanísticamente hablando, de una merecida zona de juegos para su chavales y de lugar de encuentro y convivencia para los mayores.

Tal vez el propiciar el conocimiento y la solidaridad entres los seres que viven puerta con puerta y que por las condiciones en que interesadamente se ha desarrollado nuestra sociedad, se ignoran totalmente, sea una digna y rentable inversión, aunque se rédito sea difícilmente cuantificable.

Pero como también hemos podido leer en Diario de Cádiz, los propietarios del solar en cuestión están plenamente convencidos de la necesidad de mantener la Plaza como tal. Ello, creemos, indica una buena disposición para la negociación, y entendemos el deseo manifiesto de colaborar con el Gobierno Municipal en esta necesaria dotación, tal vez con el tardío, pero siempre bienvenido deseo de compensar con una buena acción pasados desatinos.

Por todo ello confiamos en que no sea muy importante el quebranto económico para nuestras arcas municipales e incluso confiamos en que la nueva dotación de suelo que los terrenos ociosos de Astilleros van a representar permitan repetir la exitosa y bien concebida permuta realizada y gracias a la cual disponemos, junto a la Plaza, de un excelente CENTRO DE SALUD. Que los hados nos sean propicios.