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Asociación de Vecinos Manuel de Falla - La Laguna / Avda. Juan Carlos I s/n (esq. C/ Velázquez) - 11010 Cádiz - Tflno.: 956 200 146

 
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Historia de la Asociación

Índice del artículo


Orígenes del movimiento vecinal en Cádiz

Para hablar del Movimiento Vecinal en Cádiz, sin duda hemos de referirnos a su aparición en el Estado español hacia 1969.

El Movimiento Vecinal en España, aparece como un movimiento social urbano como consecuencia de la degradación del espacio urbano en plena dictadura franquista.

Cádiz, por su configuración geográfica, padece aún más dicha degradación.

Emerge también como un movimiento contestatario al Régimen y de rechazo a la dictadura.

Por tanto, es aglutinador de gran parte de la militancia antifranquista y de izquierdas. En aquella época carecían de organización e infraestructuras legales y muchos se refugiaban en el Movimiento Vecinal.

En Cádiz esta militancia no era ajena a la situación y a finales de los años 60, San Lorenzo del Puntal aparece como la primera asociación vecinal. Más tarde se constituye la de 1º de Mayo y luego el resto.

Como en el resto del Estado, lo hacen al amparo de la ley 191/64 de 24 de diciembre, que articulaba las normas por las que se ejercería la “libertad de asociación” reconocida en el artículo 16 del fuero de los españoles. (Ley franquista). Inadecuada o no, ésta Ley sirvió para regular todo el proceso asociativo en los barrios populares. Hoy no nos vale.

Todavía existen asociaciones con unos estatutos elaborados según se imponía en la época y que hoy han de modificarse porque carecen de elementos y mecanismos democráticos en gran parte de sus contenidos. Por tanto sería una herramienta, que de mantenerse tal cual, no nos serviría para lo que en la actualidad se está debatiendo.

Este movimiento, aún teniendo un marcado cariz político de izquierdas, se define como pluralista e interclasista y aparece además de, como consecuencia de la degradación del espacio urbano, como una reacción de los ciudadanos por las carencias sociales. De ahí su carácter estrictamente reivindicativo.

En la última etapa de la dictadura, cuando nacen las primeras AA. VV. En Cádiz, al igual que en el resto del país, estas carencias se centraban en la falta de medios, de equipamientos en el entorno urbano y en la falta de infraestructuras, además de la necesidad de los ciudadanos de aquella época de integrarse en movimientos asociativos como algo esperanzador y con expectativas de cambio.

Sin embargo, si hablamos de Cádiz, al ser una ciudad no de paso, donde no existian movimientos estudiantiles, dode el movimiento clandestino antifranquista lo tenía mucho más difícil que en cualquier otra ciudad de España, las AA. VV. Llegan algo más tarde que en resto del estado y por consiguiente no se tiene gran experiencia en este tipo de organizaciones.

Al comienzo de la década de los 80, con algunos años ya de rodaje por parte de algunas asociaciones, se llega a construir en Cádiz la primera federación de AA. VV. Con el nombre de “CADICE”, donde se integran asociaciones como las de: Puntales, Loreto, 1º de Mayo, Lacave, Trille, La Laguna, Cortadura, Poeta Alberti, Miramar, Miguel Hernández, El Pópulo, La Viña, Mentidero, Bahía Gaditana, San Juan, San Carlos, etc..

Todas excepto Poeta Alberti, representan a grandes barrios de la ciudad y prácticamente casi la totalidad constituían el Movimiento Vecinal en Cádiz.

Sin embargo, este movimiento aparentemente fuerte, jamás ha protagonizado movilización alguna de masas, o de ciudadanos en respuesta a las carencias sociales que antes aludíamos. Tan solo, y al comienzo de la etapa socialista, hubo algunos intentos de aglutinar a los vecinos de los barrios federados, pero en actividades culturales y deportivas.

No obstante, se emprendieron acciones que contribuyeron de alguna manera a que la federación se forjara con mas fuerza, como una entidad de gran peso frente a la Administración Local.

Al principio se participaba en órganos y patronatos con cierto protagonismo; sin embargo, poco a poco, el centro de atención y tema de discusión iba reduciéndose solo a las fiestas de los barrios y al reparto de subvenciones para este fin. Con lo cual se introdujo un elemento diferenciador que en vez de unir, lo que hacía era dividir, además de obviar otras inquietudes u objetivos de la federación.